jueves, 21 de octubre de 2010

Zapatero mueve sus fichas.

Los que andan encantados difundiendo la supuesta crisis del socialismo y la rebelión interna contra ZP deberían medir bien sus análisis porque probablemente la bala acabe saliéndoles por la recámara.

José Luis Rodríguez Zapatero ha anunciado que piensa ganar las próximas elecciones municipales y autonómicas y la rechifla ha sido generalizada. Tomar a broma al contrario no suele ser eficaz. El teóricamente hundido y abucheado Rodríguez Zapatero se crece cuando puede jugar a lo que más le gusta: mover las fichas en su tablero estratégico. Lleva haciéndolo imperceptiblemente, para la mayoría, para casi todos los medios de la derecha, para Rajoy y su equipo, desde hace meses. Su objetivo, lo ha dejado entrever, en las próximas municipales y autonómicas, es obtener un número de votos suficiente, en caso de no ganar a los puntos, para que el PP sólo le saque una ventaja irrisoria y mantener el poder territorial del socialismo frente a los que sueñan con ver tras las elecciones un mapa en azul popular. Si le salen bien los cálculos, un resultado así, en plena crisis, con las encuestas indicando diferencias de catorce puntos, sería un triunfo que volvería a reanimar los cuchillos largos en las dependencias de Génova 13.

En pocas semanas ha fabricado candidatos solventes en algunos de los puntos, como Madrid, en los que el PSOE estaba hundido sin necesidad de la crisis. En la misma línea, los líderes de las tres autonomías básicas para el PSOE (Extremadura, Castilla-La Mancha y Andalucía) han buscado presentarse como críticos a Zapatero, asumiendo posiciones de independencia. Sin que se repare en ello algo similar está sucediendo en muchas grandes ciudades en las que el dominio popular es absoluto. Con ello ZP busca equilibrar el efecto negativo del voto de castigo con la movilización de la izquierda que siempre supone un candidato distinto surgido como esperanza mediática. En Cataluña, donde va a perder las elecciones por razones más internas que por efecto de la crisis, también espera poder mantener su poder territorial: bien sea con un Montilla capaz de reeditar, llegado el caso, el tripartito; bien sea con Corbacho para pactar con CiU en caso de que ésta no alcance la mayoría absoluta debido a la multiplicidad de posibilidades de voto que se han abierto en Cataluña.

Y ahora ha hecho su movimiento maestro, cambiar el gobierno cuando todos afirmaban que su objetivo era aguantar con el mismo ejecutivo hasta 2012. Lo hace reduciendo Ministerios, siguiendo el planteamiento que todos sus críticos, de derechas o izquierdas, le reclamaban para forzarlos a aplaudir la medida. Lo hace inteligentemente incorporando personas que pueden hacerle paliar la fuga de votos hacia la izquierda (Rosa Aguilar y Valeriano Gómez) y que busquen salidas a la pérdida de credibilidad social. Lo hace para presentar una dura batalla a los populares desde las tribunas parlamentarias: Rubalcaba y Leire Pajín. Elimina a Moratinos y sube de categoría a la enviada a los pies de los caballos en Madrid. Y lo más importante añade a su equipo a Ramón Jáuregui para poner orden en Presidencia y poder mantener las negociaciones con los nacionalistas.

Tengo la impresión de que de aquí a las elecciones aún moverá más fichas. Rodríguez Zapatero sabe que no puede contar con estadísticas a su favor, que las cifras no le van a dar ningún respiro a lo largo del curso político, que los recién aprobados Presupuestos deberán modificarse en función de la evolución económica y las presiones exteriores, por lo que necesita mantener la tensión ideológica, la tensión anti-derecha, movilizar el partido y ofrecer expectativas. Necesita nombres para sus candidaturas-voto, no para sus candidaturas-triunfo. María Teresa Fernández de la Vega se marcha al Consejo de Estado, pero en cualquier momento puede volver a emerger como candidata paracaidista y ZP puede rescatar de la jubilación a unos cuantos personajes. Los demás pueden seguir especulando con un ZP hundido que sólo piensa en encontrar el momento más oportuno para decir adiós a la política por razones aparentemente familiares.

Francisco Torres García (Portavoz de Alternativa Española (AES).


No hay comentarios:

Publicar un comentario